Con ello todas las células se unifican en un mismo eje de vibración, lo que permite a toda la estructura física resonar armónicamente como si fuese una totalidad unificada.
Las técnicas de la Medicina Cuántica están diseñadas para unificar el núcleo del sistema cuerpo-mente. En ese núcleo se inicia el proceso de curación, y para alcanzarlo hay que traspasar los niveles más elementales del cuerpo, es decir, células, tejidos u órganos, hasta llegar al punto de encaje entre materia y mente.
La Terapia Cuántica corrige los errores de significación mental, lo que permite resolver la impresión vital que retiene el flujo de energía esencial.
Si esto es realizado, es indiscutible la posibilidad de recuperar las funciones de los órganos internos. La salud puede ser recuperada, a menos que interfiera alguna nueva situación que provoque un desequilibrio energético y altere nuevamente los programas morfo genéticos del cuerpo cuántico.
Enfermedad y Dolencia
Para comprender la diferencia entre enfermedad y dolencia, se requiere tener la mente abierta y una actitud de “puede ser posible”. La enfermedad pertenece al cuerpo físico y generalmente se considera que es causada por elementos externos como virus, bacterias y otros.
La dolencia es algo interno poco fácil de explicar. Es como un sentirse mal sin motivo aparente, es algo que se siente en lo interno, como un cansancio emocional, un abatimiento, una debilidad inexplicable; ello se debe a un quiebre en la energía esencial del cuerpo cuántico. La dolencia se anida en el cuerpo cuántico, en cambio la enfermedad se localiza en el cuerpo físico concreto